sábado, 12 de febrero de 2011

Ser tolerante consigo mismo

Los procesos inflamatorios están presentes normalmente en las reacciones defensivas de nuestro organismo frente a la invasión de agentes nocivos externos, ante la cual numerosos glóbulos blancos y otras células coayudantes (macrófagos y mastocitos) intervienen de modo específico contra los antígenos sospechosos. A veces  fallan los mecanismos de auto-reconocimiento, o de distinción entre lo propio y lo ajeno, y se desencadenan reacciones autoinmunes de carácter destructivo, es decir, el cuerpo se rebela contra sí mismo y  muestra un comportamiento suicida.
Al hilo de este breve encabezamiento cabe destacar que un grupo de científicos del Reino Unido ha identificado una proteína que actúa como "interruptor principal" de ciertos glóbulos blancos sanguíneos y determina si deben promover o inhibir una inflamación. Creen que estos descubrimientos, presentados en la revista Nature Immunology, podría contribuir al tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoide, en las que interviene una inflamación excesiva. El estudio ha sido financiado en parte por el proyecto MODEL-IN ("Determinantes genéticos de la inflamación: desde mediciones físicas a perturbación del sistema y tratamiento matemático"), financiado con más de 2,9 millones de euros dentro del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea. Esta grata noticia la adjunto a continuación pues no tiene desperdicio por su repercusión sanitaria:
"Las respuestas inflamatorias es una defensa importante que el cuerpo utiliza contra los estímulos nocivos, como infecciones o daños en los tejidos, pero en muchas condiciones, la inflamación excesiva puede dañar al propio cuerpo. En la artritis reumatoide, las articulaciones se inflaman y es muy dolorosa, pero las razones de por qué sucede esto no se entienden bien aún.
 Las células del sistema inmunológico, llamadas macrófagos pueden estimular la inflamación o suprimir mediante la liberación de señales químicas que alteran el comportamiento de otras células. El nuevo estudio, realizado por científicos del Imperial College de Londres, ha demostrado que una proteína llamada actos IRF5 actúa como un interruptor molecular que controla si los macrófagos promueven o inhiben la inflamación.
Los resultados sugieren que el bloqueo de la producción de IRF5 en los macrófagos puede ser una forma efectiva de tratar una amplia gama de enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, lupus y esclerosis múltiple. Además, aumentar los niveles IRF5 podría ayudar a tratar a las personas cuyos sistemas inmunológicos están comprometidos.
Los investigadores del Imperial College de Londres previamente han desarrollado tratamientos anti TNF, una clase de medicamento que se utiliza ampliamente como un tratamiento para la artritis reumatoide. El objetivo de las drogas TNF, una señalización química importante liberada por las células inmunes para estimular las respuestas inflamatorias. Sin embargo, alrededor del 30 por ciento de los pacientes no responden a los fármacos anti-TNF, por lo que existe una gran necesidad de desarrollar terapias ampliamente más eficaces.
La Dra. Irina Udalova del Instituto Kennedy de Reumatología en el Imperial College de Londres, el investigadora principal del estudio, dijo:
“Las enfermedades pueden afectar a los genes que se activan y desactivan en determinados tipos de células. La comprensión de cómo este cambio se regula es fundamental para el diseño de estrategias dirigidas a suprimir las respuestas de células no deseadas.  
“Nuestros resultados muestran que IRF5 es el interruptor principal en un conjunto clave de las células inmunes, lo que determina el perfil de genes que se activan en las células. Esto es realmente emocionante porque significa que si podemos diseñar moléculas que interfieran con la función IRF5, podría darnos nuevos tratamientos anti-inflamatorios para una amplia variedad de condiciones. ”
Los estudios genéticos de asociación han relacionado las variaciones en el gen que codifica el IRF5 con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes. Esto llevó a la Dr. Udalova y un estudiante de doctorado en su laboratorio, el Sr. Thomas Krausgruber, a investigar el papel que juega la proteína en el control de la inflamación.
 Usaron los virus diseñados para introducir copias extra del gen IRF5 en los macrófagos humanos cultivados en laboratorio, por lo que las células producirían más IRF5. Cuando lo hicieron los macrófagos con características anti-inflamatorias, cambiaron promoviendo la inflamación.
Cuando bloquearon el IRF5 en los macrófagos pro-inflamatorios usando moléculas sintéticas, esto redujo las señales a la producción de células que promueven la inflamación. Los investigadores también estudiaron ratones genéticamente modificados que no fueron capaces de producir IRF5. Estos ratones producen niveles más bajos de las señales químicas que estimulan la inflamación.
El IRF5 parece funcionar por el cambio en los genes que estimulan la respuesta inflamatoria y la amortiguación de los genes que los inhiben. Se puede hacer esto mediante la interacción del ADN directamente, o mediante la interacción con otras proteínas que al controlarse a sí mismas los genes son activados. El grupo de la Dra. Udalova ahora están estudiando cómo el IRF5 funciona a nivel molecular y que otras proteínas interactúan con el fin de que puedan diseñar maneras de bloquear sus efectos." (Fuente: Revista Infotigre, Argentina; 17/1/2001)

La siguiente presentación explica con detalle los mecanismos que intervienen en la tolerancia inmunológica:
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