sábado, 12 de noviembre de 2011

Licantropía


El lobisome era el nombre que recibía en Galicia una criatura legendaria que surgió de forma independiente en muchas culturas: el hombre lobo o licántropo.
Constituye uno de los mitos más universales y es una superstición tan antigua como la humanidad misma. Su origen se sitúa en Europa y narra cómo una persona podía convertirse en hombre lobo por beber donde beben los lobos, por dormir desnudo a la luz de la luna, o por ser el séptimo hijo varón y no ser bautizado, aunque la explicación más extendida habla de ser mordido por otro hombre lobo.
Las historias sobre licántropos se pueden rastrear en el folklore de casi todos los países del hemisferio Norte. Además del lobisome gallego, están el loup garou francés, el lupo manaro italiano, el wolfman inglés, el wofmänsch alemán, el volkodlak ruso, el lycanthropos griego, el varulv sueco, el lobisón portugués, el wilkolak polaco, el libahunt estonio o el okami japonés. Todos ellos presentan los mismos síntomas y características: seres más o menos normales que por un hechizo o una maldición se tiran al monte, en especial los viernes a la medianoche, se revuelcan por el suelo, se arrancan las ropas y, a la luz de la luna llena, se transforman en peludas bestias con apariencia de lobo. Sedientos de sangre, son capaces de asesinar y devorar con saña a cualquiera que se les ponga por delante.
Cuenta la leyenda que el primer hoimbre lobo reconocido fue Licaón, rey de Arcadia, en Grecia. Licaón era un rey sabio y muy religioso, pero que sacrificaba seres humanos en honor a Zeus. El señor del Olimpo quiso comprobar si esto era verdad y visitó de incógnito a Licaón. El rey pensó en sacrificar a su visitante, pero justo antes descubrió que se trataba de Zeus y lo invitó a un banquete en el que ordenó que le sirvieran la carne de un niño. Cuando se dió cuenta del engaño, Zeus  montó en cólera y condenó al malvado rey a convertirse en hombre lobo y a que todos sus descendientes padecieran la misma maldición.
En la Galicia rural de la primera mitad del siglo XIX se documentó el caso del "Lobisome de Allariz".
(Manuel Blanco Romasanta. Causa nº: 1788, CAUSA CONTRA HOMBRE LOBO, Juzgados de Allariz-Orense-).
Manuel Blanco Romasanta es considerado, por sus crímenes y por la alarma social que llegó a causar, el primer asesino en serie español. Romasanta poseía un físico peculiar, pues era muy bajito aunque era un hombre atractivo con un poblado bigote. Su caso es curioso porque la justicia española lo reconoció como hombre lobo. Romasanta se ofrecía en su medio rural para acompañar a sus convecinos, con la excusa de que los iba a colocar a servir en buenas casas, o les esperaba escondido en el bosque para asaltarles. La mayor parte de sus víctimas fueron mujeres y niños. Era buhonero y viajaba de aldea en aldea para vender sus mercancías.
Mataba a sus víctimas con sus manos desnudas y a dentelladas, las desnudaba y les quitaba todas sus pertenencias y ropas para venderlas luego y sacar un rendimiento. Luego comía de los cadáveres. Informaba a los familiares de que la presentación había ido muy bien y falsificaba cartas de las mujeres en las que aseguraban que estaban muy bien y que estaban muy agradecidas al buhonero por haberlas recomendado.
Según consta en el sumario, Romasanta afirmaba que:
“La primera vez que me transformé fue en la montaña de Couso. Me encontré con dos lobos grandes con aspecto feroz. De pronto, me caí al suelo, comencé a sentir convulsiones, me revolqué tres veces sin control y a los pocos segundos yo mismo era un lobo. Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. El que usted ve ahora, señor juez. Los otros dos lobos venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro don Genaro. Y también sufrían una maldición como la mía. Durante mucho tiempo salí como lobo con Antonio y don Genaro. Atacamos y nos comimos a varias personas porque teníamos hambre.”
 Los estudios actuales sobre los casos de licantropía se inclinan a pensar que son esquizofrénicos paranoides que tienen delirios en los que creen que se transforman en hombres lobo. En aquella época, el siglo XIX, y en el ambiente rural gallego, lleno de supersticiones y creencias mágicas, se le concedió a Romasanta el beneficio de la duda y su causa se llamaba oficialmente “Causa 1788, del hombre lobo”.
En nuestra filmografía tenemos la película "El bosque del lobo" basada en la vida real de Romasanta. Veamos el trailer:

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