lunes, 18 de febrero de 2013

Territorio de lobos

"En el lobo, símbolo de lo salvaje que sobrevive en un mundo que cada vez lo es menos,  confluyen todos los aspectos de la conservación de la naturaleza. Cualquier plan de conservación, de desarrollo rural, se cruzará, antes o después, con el rastro de uno de estos merodeadores.
En los últimos tiempos el mundo rural se ha incendiado alrededor del lobo. Se afirma que las poblaciones han aumentado, sin que ningún censo riguroso hecho en el campo lo certifique. Las quejas por los ataques al ganado aumentan, y desde las asociaciones ganaderas, los sindicatos, los ayuntamientos y hasta las consejerías de medio ambiente se empieza a exigir el exterminio de la especie, con la vuelta a un lenguaje que no habíamos oído desde la desaparición de las Juntas de Extinción de Animales Dañinos, allá por los tiempos predemocráticos.
 Se trata de echarle las culpas al lobo. Nadie espera que un pastor simpatice con estos animales; no hay que menospreciar el drama que supone sufrir un ataque. Pero eso no debería desviar la atención de cuáles son los problemas reales de la economía agraria. Los zarpazos de los lobos a los rebaños de ovejas no son nada comparados con los que dan las subidas de los precios del pienso, la presión de los mayoristas o la indiferencia de los consumidores sobre el origen de la carne que compramos. Comemos carne barata criada en otros hemisferios, los ganaderos se arruinan, pero la culpa es del lobo.
Con lobos no hay paraíso, dicen, retorciendo un viejo lema que vendía cierto territorio como destino ideal para el turismo en la naturaleza. Sin lobos no hay subvenciones, se podría responder, en alusión al dinero público destinado a compensar a agricultores y ganaderos por las pérdidas e inconvenientes que les supone trabajar y vivir en el medio natural." (El lobo, acento exclusivo. Carlos de Hita)
El universo del lobo no es ajeno a nosotros. En el siguiente audio podemos apreciar la magnitud y trascendencia de su territorio:

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