El deporte está relacionado con el disfrute, con la posibilidad de relacionarse con otros, el desarrollo y mejora física y de la salud, el desarrollo de la autoestima, con vivir nuevas experiencias, aliviar el estrés y que su práctica esta muy relacionada con el fomento de una serie de valores y comportamientos relacionados con el afán de superación, la disciplina, la competición, el autocontrol y la responsabilidad.
Al margen de las consideraciones y usos políticos y económicos del deporte, éste desempeña tres funciones sociales evidentes: el descanso, la diversión y el desarrollo. A estas me refiero como factores que puden mejorar la convivencia (lejos de efectos nocivos como la rivalidad, la violencia, la alienación y la desunión internacional, manifiestos en la dimensión del espectáculo como fenómeno de masas).
El deporte evoluciona y da lugar a nuevas motivaciones: superarse, esparcimiento, mejora física, amor al riesgo, refinamiento estético, deseo de integración, contacto humano, etc. Sin embargo, habría que reforzar sus bondades. El deporte es un medio más de socialización. Es un fenómeno complejo, que sólo puede concebirse como tal socialización si adquiere dimensiones morales.
Aunque es interesante ya que afecta tanto a la mente como al cuerpo, contribuye al aprendizaje de los papeles del individuo y de las reglas sociales, refuerza la autoestima y el sentimiento de identidad y solidaridad. Lo que enlaza con interés tan grande que encierra el deporte desde el punto de vista pedagógico.
En la siguiente presentación UNICEF manifiesta el poder que puede ejecer el deporte para mejorar el mundo: