En nuestro acervo cultural encontramos el doble sentido de este vocablo. Puede referirse a una ave nocturna insectívora, el chupacabras, mamacabras o engañapastores; bajo la creencia de que de noche engaña a los pastores chupando la leche de sus cabras. O a un ente femenino maligno de raices mitológicas mesopotámica y hebrea (Lilit), encarnado en una bruja secuestradora de niños de cuna, que a la postre tenía trato carnal con los hombres (un súcubo). Ante este comentario veamos la siguiente alusión humorística:
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