lunes, 30 de enero de 2012

Día Mundial de la Paz

Hoy, paloma y rosa de la paz. Estupenda canción de Amaral.



Pulsa en la imagen de abajo y juega a ponerte en la piel de un refugiado:

domingo, 29 de enero de 2012

Educación enferma


Los números rojos que arroja el último informe PISA en donde la reputación de nuestro sistema educativo cae por los suelos, nos inducen a recapacitar otra vez acerca de las causas y los factores que pueden conducir al fracaso educativo.
Hoy, en el diario El Mundo, se puede leer un interesante artículo en el que se recogen las opiniones de alumnos, padres y profesores sobre qué es lo que habría que mejorar del actual sistema educativo para reconducirlo (sanearlo) por un buen camino.

La paz en verso

Pido la paz y la palabra
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.

Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.
 
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y tantos.
 (Blas De Otero)

sábado, 21 de enero de 2012

Súbete al tren azul

Radio 5 de RNE  presenta un espacio dedicado al universo literario infantil: "La estación azul".
Oigamos el capítulo dedicado a "Chicos malos" y "Los mundos de Zoé".


Mensajes de paz

Se acerca el día de la Paz, un alto el fuego para reflexionar sobre la amistad, la justicia, la igualdad, la libertad y la tolerancia; pilares de la convivencia pacífica, tan frágiles hoy en día.
Veamos este mensaje de fraternidad que nos envía Macaco:

domingo, 15 de enero de 2012

Opulencia



Vivimos en una parte del mundo donde vamos sobrados de todo lo materialmente imaginable. Insatisfechos, y a veces, asfixiados en la opulencia nos cuestra trabajo hallar la felicidad en el "mar de la oportunidades".
En el siguiente vídeo-reportaje, titulado "Por qué más es menos", Eduard Punset pone en evidencia que "tener más" no necesariamente conduce a la felicidad. Las personas disponen de la libertad de elección para decidir responsablemente por sí mismas qué necesitan en su autorrealización.

martes, 10 de enero de 2012

Estímulos para la Emotional intelligence

Paquete de actividades para desarrollar la inteligencia emocional:
50-Actividades-inteligencia-emocional-

La panocha ardiente

El cultivo de maíz transgénico, destinado a la producción de biocombustibles en los paises pobres, hunde a los agricultores locales aún más en la miseria. El siguiente vídeo denuncia aquella situación en México. Veámoslo de manera reflexiva.

jueves, 5 de enero de 2012

El arte de moverse

El siguiente vídeo nos enseña cómo podemos expresar nuestros movimientos de forma libre y fluida aprovechando los materiales del entorno. Ello es posible a través de la disciplina Parkour.

De culatas, chorizos y buitres

Siendo estos tiempos que corren una continua tropelía de robos y asaltos a mano armada, cabe aclarar varios vocablos que aluden al mundo del hampa, la ratería y el choriceo, aunque sea de minucias.
En América a los ladrones se les conoce por chorros: esta palabra tiene la misma etiología que el chorizo español, pues ambos derivan del término calé: CHORAR; otros derivados son: chorear, chorrear,choreo y choro (chori = ladrón).
El culata es aquel que trabaja el bolsillo posterior del pantalón ajeno, donde los hombres tienen la costumbre de guardar la cartera; por eso se conocen también por culateros.
A los carteristas se les denomina pinguistas o bolsilleros, y los sotaneros son los especialistas del robo en el interior de la chaqueta. Al ratero de medio pelo se le conoce por ranfiña. Los mecheros son los que roban en tiendas ocultando el fruto de su trabajo en el interior de las ropas, hoy en día son famosas las mecheras por sus hurtos a baja escala en tiendas e hipermercados.
El chorizo español es el pícaro raterillo de minucias, o el descuidero (el que aprovecha el despiste del primo). Suele "andar a la birlonga".
Mangar es el lengua calé pedir o mendigar, pero su uso común se asoció al hurto (el latrocinio es la acción de robar). El mangui o mangante es el raterillo que roba en los comercios, mediante la habilidad de meterse en la manga los objetos deseados. El mangón es el traficante o revendedor.
"Andar a la sisa" es aprovechar el pequeño hurto en la compra. Otras voces son: mangonear, mangoneo, manganeo y churimangui (chori + mangui).
Los rufianes llaman  canelo al ingenuo que se deja engañar con un cebo, como los "chuchos": hacer el canelo.
El la jerga del hampa de antaño, en germanía, los murcios eran los ladrones. Se les llamaba así por derivación de Mus muris (en latín, ratón), y acaso con la intervención de la voz "murciélago" derivase a  murciglero. Por otro lado, el cicatero es el ladrón de bolsas.
"Hacer el buitre" conlleva a buitrear, el que se beneficia del dinero o del trabajo de otros. Los butroneros o guzpátaros hacen butronas, topean o excavan túneles en el suelo, paredes o techo con el fin de saquear. El buitrón es la bolsa grande que algunas descuideras o chorizas portaban para almacenar lo sisado en la calle.
El tironero arranca el bolso de las damas a lo bestia, a pierna suelta o motorizado con "paquete sustractor".
Corrientemente el  navajero es el que despluma a la víctima con la "faca" en mano.
A las destrezas y pericias manuales de los rateros (quiricos o raspaclavos) se les llama "Tocar el arpa o el piano", "Tocar el piano al revés" y "chaletear".

lunes, 2 de enero de 2012

Microbiómica y yogurt


En la actualidad nos bombardean las campañas publicitarias con productos biosaludables, concretamente sobre los beneficios de los derivados lácteos enriquecidos con sustancias prebióticas y organismos vivos probióticos. Muchos de sus efectos "milagrosos" son cuanto menos cuestionables o exagerados. La investigación científica trata de aclarar las bases genética y molecular de la actividad bacteriana subyacente en  los posibles cambios que pueden causar ese tipo de productos en nuestro microbioma gastro-intestinal, o al menos en el metabolismo de los nutrientes esenciales.
El siguiente artículo nos indica el camino de las investigaciones recientes, y de paso, despeja algunas dudas. Reza literalmente así:

"El concepto de Microbioma humano se está extendiendo rápidamente y hace referencia a los microorganismos presentes en nuestro organismo y con los que convivimos. En número son billones y sobrepasan al número de células humanas en un factor de 10 a 1, es decir, que (en número, no en masa) más del 90% de nuestras células, en el sentido más amplio del término, son microbios que, en total poseen millones de genes diferentes (nuestro genoma posee entre 20.000 y 30.000). Por ello, algunos biólogos consideran que el ser humano actúa como un “superorganismo”, es decir, una comunidad de organismos.
 El Proyecto Microbioma humano pretende identificar y caracterizar el microbioma humano. Y los microorganismos intestinales tienen un protagonismo esencial en ello, por su número y su función.
 effrey Gordon microbiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad  Washington en St. Louis, es el autor principal del trabajo antes citado y es también uno de los pioneros del estudio de microbiomas. Por ejemplo, hace un par de años su grupo  demostró que las personas obesas poseen un contenido de microorganismos intestinales muy diferentes a los de las   personas delgadas. Más aún, trabajando con voluntarios que estuvieron un año a dieta y perdieron peso (hasta un 25%) comptobaron que su contenido bacteriano intestinal varió y se hizo similar al de las personas delgadas. Por ello, algunos científicos, basados en estudios realizados en ratones, creen que parte de la tendencia a ganar peso se debe a la naturaleza diferente del metabolismo energético de algunos microorganismos intestinales  y esperan encontrar alguna pista acerca de la razón de ello comparando el microbioma del intestino de personas obesas y delgadas, estando muy interesados también en saber si los alimentos prebióticos o probióticos pudieran usarse para modificar beneficiosamente el microbioma.
 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) un alimento probiótico es aquel que contiene "microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped". Los probióticos pueden atravesar el tubo digestivo y recuperarse vivos en las heces, y también se adhieren a la mucosa intestinal. No son patógenos, excepto en casos en que se suministren a individuos inmunodeficientes.
 En las tiendas y supermercados nos inundan los productos de este tipo. Ejemplos reales: yogur, kéfir, chucrut, chocolate negro, microalgas, sopa de miso, pepinos encurtidos, tempeh (granos de soja fermentados), kimchi (una col fermentada), té de Kombucha, etc.
  Nuestra flora normal de la boca e intestino contienen Lactobacilus acidofilus, así como L. rhamnosus y L. salivarius o L. plantarum en tracto gastrointestinal y L paracasei en mucosa rectal. Y las bacterias probióticas que se añaden a los alimentos probióticos son muy variadas, con cepas específicas de L. acidophilus, L. rhamnosus, L. casei, L. gasseri, Bifidobacterium bifidus, Saccharomyces boulardii, etc.


Las alegaciones comerciales de efectos beneficiosos de los probióticos son de todo tipo, desde la mejora del sistema inmune, el estreñimiento, la diarrea, colon irritable, úlceras, hipercolesterolemia, cánceres, etc.
A veces los grandes intereses comerciales llegan a confundir al consumidor. El ejemplo de algún manufacturado de Danone es ilustrativo. Sus productos suelen caracterizarse por su calidad pero los argumentos anunciadores son, a veces, equívocos. Así, la asociación alemana Foodwatch le concedió un premio negativo por la alegación de que el producto Actimel activaba las defensas porque su cepa de L. casei DN-114.001 era más efectiva que otras cepas del mismo tipo. Los estudios aportados fueron criticados por la Advertising Standard Authority alegando, entre otras cosas, que los resultados de varios estudios no son extrapolables a personas sanas o bien no se habían obtenido resultados con mejoras significativas y que otros estudios científicos señalaban que no existía diferencia esencial entre los beneficios de lácteos probióticos y otros lácteos fermentados tradicionales  o bien frente a yogures normales.
 Lo que pretende la investigación publicada en SCIENCE que hoy comentamos es  comenzar a divisar el bosque a través de los árboles, es decir, sentar las bases moleculares y genéticas de la acción de los probióticos sobre nuestro microbioma, tema complejo por circunstancias diversas: el microbioma es muy variable en su localización y se modifica rápidamente a lo largo del tiempo, es muy dependiente de la situación de bienestar o enfermedad de cada individuo, es difícil estudiar el intestino humano en tiempo real, los estudios animales frecuentemente no son extrapolables a humanos, etc.
 La estrategia de los investigadores ha consistido en estudiar el microbioma intestinal de siete pares de gemelos humanos idénticos (mismo genoma) y de una serie de ratones gnotobióticos, es decir, ratones libres de gérmenes (sin microbioma intestinal) a los que se les colocaba una cierta cantidad de microbioma humano intestinal modelo, es decir que su microbioma intestinal era humano y permaneció siéndolo durante el experimento como lo demostró su comparación con los datos de microbiomas humanos del consorcio METAhit. Los estudios correspondientes se hacían antes, durante y tras la ingestión de un popular producto lácteo fermentado probiótico que contenía cinco cepas de bacterias, entre ellas la probiótica Bifidobacterium animalis.  La investigación incluyó secuenciaciones genómicas y análisis transcriptómico y metabolómico, es decir, control de los ARN, proteínas y metabolitos implicados.

 ¿Cuál ha sido la conclusión alcanzada?. Parece muy claro que, en las condiciones investigadas, la ingesta del yogur probiótico no altera sustancialmente la composición microbiana intestinal de los humanos ni de los ratones. Además, el microbioma previo existente no se coloniza por las bacterias añadidas presentes en el yogur.
Entonces, ¿los yogures probióticos no tienen efecto alguno?. Sí lo tienen, e importantes, pero no son los de variar la flora bacteriana sino que los cambios afectan al metabolismo de hidratos de carbono, lípidos, nucleótidos, aminoácidos y transporte de estas moléculas a través de membranas. Esto abre un importante campo de expectativas ya que si bien los probióticos no hacen lo que se creía podría ser su función principal, sí favorecen grandes modificaciones metabólicas que se podrían aprovechar para luchar contra las enfermedades."
(Fuente: Diario La Verdad, Ciencia y Salud: Yogures probióticos,¿nos sirven?. De J.A. Lozano. 29-10-2011).