Siendo estos tiempos que corren una continua tropelía de robos y asaltos a mano armada, cabe aclarar varios vocablos que aluden al mundo del hampa, la ratería y el choriceo, aunque sea de minucias.
En América a los ladrones se les conoce por chorros: esta palabra tiene la misma etiología que el chorizo español, pues ambos derivan del término calé: CHORAR; otros derivados son: chorear, chorrear,choreo y choro (chori = ladrón).
El culata es aquel que trabaja el bolsillo posterior del pantalón ajeno, donde los hombres tienen la costumbre de guardar la cartera; por eso se conocen también por culateros.
A los carteristas se les denomina pinguistas o bolsilleros, y los sotaneros son los especialistas del robo en el interior de la chaqueta. Al ratero de medio pelo se le conoce por ranfiña. Los mecheros son los que roban en tiendas ocultando el fruto de su trabajo en el interior de las ropas, hoy en día son famosas las mecheras por sus hurtos a baja escala en tiendas e hipermercados.
El chorizo español es el pícaro raterillo de minucias, o el descuidero (el que aprovecha el despiste del primo). Suele "andar a la birlonga".
Mangar es el lengua calé pedir o mendigar, pero su uso común se asoció al hurto (el latrocinio es la acción de robar). El mangui o mangante es el raterillo que roba en los comercios, mediante la habilidad de meterse en la manga los objetos deseados. El mangón es el traficante o revendedor.
"Andar a la sisa" es aprovechar el pequeño hurto en la compra. Otras voces son: mangonear, mangoneo, manganeo y churimangui (chori + mangui).
Los rufianes llaman canelo al ingenuo que se deja engañar con un cebo, como los "chuchos": hacer el canelo.
El la jerga del hampa de antaño, en germanía, los murcios eran los ladrones. Se les llamaba así por derivación de Mus muris (en latín, ratón), y acaso con la intervención de la voz "murciélago" derivase a murciglero. Por otro lado, el cicatero es el ladrón de bolsas.
"Hacer el buitre" conlleva a buitrear, el que se beneficia del dinero o del trabajo de otros. Los butroneros o guzpátaros hacen butronas, topean o excavan túneles en el suelo, paredes o techo con el fin de saquear. El buitrón es la bolsa grande que algunas descuideras o chorizas portaban para almacenar lo sisado en la calle.
El tironero arranca el bolso de las damas a lo bestia, a pierna suelta o motorizado con "paquete sustractor".
Corrientemente el navajero es el que despluma a la víctima con la "faca" en mano.
A las destrezas y pericias manuales de los rateros (quiricos o raspaclavos) se les llama "Tocar el arpa o el piano", "Tocar el piano al revés" y "chaletear".
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