Los mecanismos básicos que regulan el balance energético residen en el SNC a
distintos niveles del encéfalo. El hipotálamo es la parte del SNC
más estudiada e importante en relación con la regulación de la ingesta
alimentaria. El hipotálamo está encargado del control y regulación del
almacenamiento y la utilización de sustratos energéticos por parte de las
células del organismo así como de la ingesta de alimentos. Para ello existen
conexiones neuronales entre el hipotálamo y la hipófisis, para interactuar con
la regulación endocrina; el área posterior del cerebro, con el fin de modular
los reflejos de la ingesta, y el área frontal del cerebro, para influir sobre el
comportamiento voluntario.
Se han descrito numerosos neurotransmisores y neuromoduladores que actúan a
escala cerebral y afectan tanto al control del metabolismo energético como de la
ingesta. Muchas de estas moléculas se ven sometidas a poderosas influencias
endocrinas, sobre todo a través de la leptina, la insulina y los
glucocorticoides, y fluctúan según los estados fisiológicos y el ritmo
circadiano.
Las partes medial (MH) y lateral (LH) del
hipotálamo ejercen acciones sobre el SNA que parecen opuestas. Así, la
estimulación del MH, incluyendo el PVN, inhibe la ingesta, aumenta la
termogénesis facultativa y reduce la utilización de glucosa en el músculo
esquelético, mientras que la estimulación del LH estimula la ingesta e
incrementa el tono del SNP. En este sentido, se ha relacionado inversamente el
tono simpático con la ingesta.
Numerosos estudios,
utilizando lesiones puntuales en el hipotálamo o la administración intracerebroventricular de agonistas y antagonistas de los neurotransmisores
hipotalámicos, han demostrado que existen circuitos neuronales que operan a
nivel del hipotálamo con el fin de regular el apetito. (Fuente: "Sistema nervioso y obesidad" de F. Milagro, I. Marques-Lopes. Dpto de Fisiología y Nutrición. Universidad de Navarra).
Los roedores y las personas obesas muestran un patrón de lesiones en
el hipotálamo, una estructura cerebral relacionada con el apetito y el
balance de energía. Dos estudios publicados esta semana en "The Journal of Clinical Investigation" constatan la presencia de 'cicatrices' en algunos núcleos de esta región y una disminución del recambio neuronal.
La obesidad provoca cambios en el organismo que van más allá del
depósito excesivo de grasa. Las personas que la padecen, así como los
animales, sufren alteraciones en los sistemas de mantenimiento del
balance energético y experimentan inflamación en los tejidos -cosa que
les predispone a varias enfermedades-. Ambos fenómenos podrían estar
relacionados aunque falta saber cómo.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington (Seatle, EEUU) ha analizado la aparición de inflamación en el hipotálamo
de roedores con obesidad inducida por la dieta y ha observado que los
signos de inflamación aparecen durante las primeras 24 horas del inicio
de la alimentación rica en grasas.
Aunque estos cambios son incialmente una respuesta de protección y se
pueden revertir con un cambio en la dieta, los autores confirmaron que
si se mantenía la ingesta de grasa la inflamación se volvía permanente.
Además, observaron también un aumento de la gliosis o, lo que es lo
mismo, la proliferación de astrocitos como respuesta a la aparición de
daños en el tejido nervioso; una especie de "cicatriz".
Este último fenómeno, constatado en el hipotálamo de los roedores,
también se vio en humanos, que mostraban signos de gliosis en una
resonancia magnética. Estas pruebas "sugieren que la obesidad, tanto en
personas como en ratones, está asociada con daño neuronal en una región del cerebro crucial para el control del peso", indican los autores.
Otro estudio, publicado en la misma revista y firmado por
investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Centar y la Escuela de
Medicina de Harvard (ambos en EEUU), muestra cambios en el hipotálamo
que complementan a los anteriores. En este caso, los responsables se
centraron en el recambio neuronal de uno de los núcleos hipotalámicos
que controlan el peso y el apetito (el núcleo arcuato).
Trabajando con ratones, observaron que las neuronas implicadas en la
regulación del balance de energía son sustituídas, en condiciones
normales, cada cuatro a 12 semanas. Pero, como explica el trabajo, "la remodelación de estas neuronas hipotalámicas está suprimida en los roedores con obesidad inducida por la dieta".
Aunque las causas de este fenómeno no están claras, los autores
señalan que "debe desempeñar un papel en la disfunción hipotalámica
observada en la obesidad" y sugieren, además, que las alteraciones que
esta enfermedad provoca en el cerebro "van más allá de cambios en la
actividad de las neuronas existentes e implican la regulación de los
circuitos nerviosos".(Fuente: Diario El Mundo 28-12-2011)
* Nota de humor:
No hay comentarios:
Publicar un comentario