sábado, 9 de julio de 2011

De higos a brevas


La higuera (Ficus carica L.) es un árbol típico de secano en los países mediterráneos. Su rusticidad y su fácil multiplicación hacen de la higuera un frutal muy apropiado para el cultivo extensivo. Siempre ha sido considerado como árbol que no requiere cuidado alguno una vez plantado y arraigado, limitándose el hombre a recoger de él los frutos cuando maduran, unos para consumo en fresco y otros para conserva.
Las únicas higueras con cuidados culturales esmerados, en muchas comarcas, son las brevales, por el interés económico de su primera cosecha, la de brevas.
Las higueras pertenecen a la familia de las moráceas; son árboles o arbustos de madera blanda, de hojas grandes, verdes y brillantes por el haz y grises y ásperas por el envés. Sus flores, unisexuadas, están distribuidas por la superficie interna de un receptáculo lobuloso abierto en un extremo (ojo); este receptáculo, tras la fecundación, se hincha y se vuelve carnoso, formando una masa rica en materias azucaradas: el conjunto es un fruto múltiple o infrutescencia (sicono), la breva o el higo.
Se conocen más de 750 especies, de todas las regiones cálidas, siendo la más conocida la higuera ordinaria (Ficus carica L.) originaria de Oriente. El denominado fruto de la higuera  es blando, de gusto dulce, en cuyo interior, de color encarnado y blanco, se alojan lo que, aparentemente son semillas pequeñas, pero que en realidad son verdaderos frutos. Aparece cubierto exteriormente por una piel verdosa, negra o morada, según las diversas variedades. 
Originalmente era una especie monoica, es decir, que tenía sobre un mismo pie, separadas, flores de ambos sexos. Con el tiempo y debido a diversos factores de tipo biológico, ambientales y de cultivo se ha transformado en dioica con flores de cada sexo en plantas (pies) separadas.
Las higueras con flores masculinas se denominan cabrahigos o higueras machos y comunes o cultivadas a las que poseen flores femeninas.
Entre las variedades comestibles de las higueras comunes las hay que son autofértiles (las cultivadas en nuestro país) y otras que necesitan de fecundación (caprificación) para que sus frutos lleguen a madurar, como las de tipo Esmirna, cultivadas en Argelia.
La caprificación consiste en llevar sobre las higueras cultivadas ramitas fructíferas de los cabrahigos. Con los frutitos de estas ramitas fructíferas se transporta un pequeño himenóptero denominado blastófago (Blastophaga sp.), que introduciéndose en los higos efectúa la polinización y asegura la madurez de estas variedades que, sin esta práctica dejan caer los frutos prematuramente.
Otras higueras comunes o pies femeninos (“autofértiles”) dan frutos que llegan a alcanzar su madurez, caracterizada por sus perfectas condiciones para el consumo, sin haber sido oportunamente fecundados los óvulos de la flor, al igual que ocurre con granadas, uvas, y naranjas, sin pepita.
"En tiempo de higos, no hay amigos". Una de las sentencias más populares del refranero español deja bien claro que éste se trata de uno de los frutos más apreciados por los comensales, y también de los más breves. Su periodo de consumo es extraordinariamente corto, ya que no madura si se recoge verde y es pasto de los pájaros cuando se pasa un poco de tiempo en el árbol. Del higo se dice también que es más rico aquel que presenta mayor grado de deterioro, puesto que sus carnes se hacen más blandas y van endulzándose a medida que maduran.
Las higueras cultivadas se clasifican según arrojen una o dos clases de frutos al año. Por un lado, existen las bíferas o brevales, que dan brevas en junio y julio –"Por San Juan brevas y por San Pedro, las más buenas"– e higos en agosto, septiembre y octubre –"Por San Miguel los higos son miel"–. Por otro, están las higueras comunes, que sólo proporcionan una cosecha en agosto y septiembre. Las primeras son más apreciadas y su cultivo se va extendiendo, mientras las otras son las que existen de forma espontánea en muchos huertos.
El higo aporta muchos azúcares y apenas proteínas y grasas, bastantes fibras; es muy rico en calcio y potasio, y menos en hierro y magnesio. Contiene betacarotenos o provitaminas A, un poco de C y grupo B con ácido fólico, y muchas calorías (unas 100 por 100 gramos). La presencia de fibras, betacarotenos y vitaminas C antioxidantes hacen que se considere una fruta saludable. Energético, tonificante y remineralizante, el higo es diurético cuando es fresco y supone un buen tratamiento del estreñimiento en combinación con la ciruelas.
La digestibilidad depende de su madurez, de su grado de acidez y el contenido en celulosa, y por ello, es muy importante comerlo maduro. Por su riqueza en azúcares convienen a deportistas, niños y mayores, pero, eso sí, están formalmente contraindicados en las personas obesas.

1 comentario:

  1. MI NONBRE ES ENRIQUE Y VIVO CIUDAD GUAYANA ESTADO BOLIVAR VENEZUELA EN EL JARDIN DE MI CASA TENGO HIGUERAS SEMBRADAS Y TODO EL AÑO ESTAN DANDO FRUTO CASI A DIARIO , SERA POR QUE ESTAMOS EN UN PAIS TROPICAL . SALUDOS A TODOS

    ResponderEliminar