El ser humano necesita realizar tareas que sobrepasan su capacidad física o intelectual: mover rocas enormes, elevar coches para repararlos, transportar objetos o personas a grandes distancias, cortar árboles, resolver gran número de operaciones matemáticas en poco tiempo, etc. Para poder realizar estas actividades se inventaron las máquinas, es decir, unos instrumentos o dispositivos que nos facilitan el trabajo; pues son capaces de reducir el esfuerzo y/o convertirlo en una forma de energía mecánica útil.
Cualquier objeto se puede convertir en una máquina según el uso que le demos. Por ejemplo, un trozo de rama o una astilla pueden usarse como palanca o cuña, respectivamente, para cumplir unos fines concretos.
Las máquinas suelen contar con mecanismos u operadores que se encargan de transmitir o transformar la energía recibida del elemento motriz (fuerza o movimiento) para que puedan ser utilizados por elementos receptores (ruedas).
Para comprender el funcionamiento de las máquinas más simples, pulsa en la imagen de abajo:
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