Hoy celebramos el 60 aniversario del descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN por los científicos Watson y Crick. La genialidad del modelo de W-C fue que la estructura de la molécula y la estructura del gen son una y la misma cosa. Así quedó establecido que un gen era una secuencia particular de subnunidades nucleotídicas en las cadenas del ADN. Hoy en día se discute sobre la ubicación y delimitación de los genes, puesto que se conoce que éstos cambian, reptan y se reciclan habitualmente en los cromosomas.
Por otro lado cabe citar la importancia de los hallazgos de Rosalid Franklin en 1952, a partir de fotografías de alta definición de difracción de cristales de fibras de ADN, quien mostró claramente la existencia de dos formas de ADN, la forma A y B; además determinó la densidad, las dimensiones celulares exactas y la simetría de la forma A (helicoidal dextrógira). Sus hallazgos junto a los de otros investigadores sirvieron de inspiración para confirmar que la molécula de ADN está formada por dos cadenas, antiparalelas y complementarias, que se enrollan sobre un eje común de simetría en una conformación de doble hélice, tal como recoge la revista Nature en su nº 4356, 25 de abril de 1953.
Aquel descubrimiento despejó las dudas sobre la naturaleza del material genético, hasta entonces en pugna con las proteínas, y supuso la explosión de la genómica, la consolidación de la medicina molecular y el despliegue de una industria biotecnológica sin fronteras.
En el programas Redes,18-12-2000, se dedicó el siguiente especial:
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