El autismo es un conjunto de síntomas y signos, variables en su expresión dentro de un conjunto encuadrable en un síndrome, pero no es un diagnóstico. Lo será cuando en cada niño o adulto afectado podamos decir la causa exacta que lo originó, y ello nos llevará al camino que puede desembocar en su mejoría o curación. Mientras ello llega, la identificación precoz y el consiguiente tratamiento psicopedagógico y conductual adaptado a cada paciente, es la mejor terapia que poseemos.
Nos referimos a transtornos del espectro autista. Son un conjunto de trastornos del desarrollo (Trastorno Autista, Trastorno de Asperger, Síndrome de Rett, Trastorno Desintegrativo y Trastorno del Desarrollo no Especificado) que aparecen siempre dentro de los tres primeros años de vida del niño o la niña y que se caracterizan por unas importantes alteraciones en las áreas de la Interacción Social, la Comunicación, la Flexibilidad y la Imaginación.
Veamos sino el siguiente reportaje:
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