Los ambientes o paisajes que son decididamente discontinuos, es decir, los ambientes irregulares formados por una mezcla de recursos bastante diferentes, se denominan ambientes "heterogéneos"; al contrario, aquellos que presentan recursos semejantes o bien mezclados se denominan "uniformes" u "homogéneos". En este tipo de ambientes un organismo determinado puede desplegar estrategias de alimentación en función de su presupuesto energético y tiempo disponible.
Frecuentemente, un organismo de un ambiente heterogéneo explota sólo una parte del mosaico ambiental mientras que otros distintos están especializados en usar cada uno de los tipos de mancha o parcela. No obstante, a medida que disminuye el grado de diferencia entre zonas, aumenta la ventaja de los organismos con requerimientos poco concretos. En este sentido, los organismos tienden a explotar los recursos de manera fina o gruesa en virtud de varios factores como el tamaño del organismo (por ej. los animales pequeños y las plantas, generalmente los explotan de manera más gruesa), disponibilidad de tiempo, proximidad y variedad de alimento, balance energético, distancia entre zonas, etc.
Los organismos que dedican cantidades desproporcionadas de tiempo en distintas zonas se dice que utilizan sus ambientes (mejor denominarlos, medios naturales) a manera de grano grueso; pero cuando utilizan los recursos en las mismas proporciones a como los encuentran, se dice que lo hacen a grano fino.
En un medio más irregular parece que resulta más eficaz ,en términos de compensación energética (búsqueda-captura-ingestión del alimento como recurso), adoptar una estrategia intermedia por un determinado organismo que la especialización en los lugares o en las presas (hecho observado en aves insectívoras de un bosque mixto). Sólo en los casos de concentración extrema de alimento resulta útil especializarse en un tipo de alimento concreto. Así, muchos loros están estrictamente especializados respecto a los frutos y néctares; cuando estos alimentos están presentes, son abundantes y muy densos. Estos recursos excepcionalmente ricos en energía merecen la pena ser buscados; una vez localizados, los dividendos a obtener son relativamente grandes.
En un ambiente de grano fino, un animal lleva a cabo la búsqueda de todos los tipos de alimento simultáneamente, mientras que las presas son perseguidas, capturadas e ingeridas individualmente. Los tipos de presa, según el depredador, van desde los que aportan una captura máxima por unidad de tiempo (y/o energía) hasta los que aportan un rendimiento mínimo, es decir, desde las especies cuya captura requiere un gasto mínimo por caloría asimilada hasta las que requieren un gasto máximo. Es evidente, que la dieta incluye el tipo de presa más compensador. Aunque no se puede generalizar sobre la dieta de un animal a partir de este modelo, ocurre que en ambientes productivos se podrían utilizar de una manera más especializada que los menos productivos; análogamente, los animales que dedican poco esfuerzo a la búsqueda de sus presas deben estar más especializados que los que presentan proporciones más altas entre tiempo empleado en la búsqueda y el consumido en la persecución. Por tanto, las condiciones de baja probabilidad de encontrar alimento o elevado tiempo de su búsqueda, requieren generalización (aquí radica el éxito de las especies oportunistas en ambientes nuevos o uniformes, frente a otras más especializadas); al contrario, una esperanza alta de encontrar alimento (bajo tiempo medio de búsqueda por alimento), permite cierto grado de especialización.
De la argumentación anterior se puede deducir que los ambientes, o medios en sentido estricto, poco alterados u homogeneizados por la acción humana (medios antrópicos) cuentan con organismos poco especializados, generalistas, poco exigentes con el tipo de alimento, de multiplicación exponencial y de vida muy corta; al contrario que los ambientes naturales, que tienden a mayor biodiversidad, heterogeneidad, especialización, estabilidad y productividad.
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