Atendiendo al dicho: "Toda seta es hongo pero no todo hongo es seta" o "La seta es al hongo, lo que no el hongo a la seta". Esta expresión popular lleva razón cuando afirma que hay hongos que no producen setas, es decir, las setas son el cuerpo fructífero de determinada clase de hongos (Basidiomicetes) que emerge del suelo para liberar las esporas cuando estas alcanzan la madurez. La seta (o basidiocarpo; puede ser comestible) es un estructura que consta de pie y sombrero, bajo el sombrero se sitúan numerosas laminillas donde se ubican las células progenitoras de las esporas. El resto del hongo es una inmensa maraña de micelio subterráneo que se extiende varios metros en todas direcciones formando un anillo, que va muriendo por el centro y que puede alcanzar un diámetro de 30 metros; llega a fructificar en el borde externo dando lugar a las setas. Originan circunferencias concéntricas correspondientes al crecimiento progresivo anual del micelio. A estos anillos se los conoce, a causa de ciertas leyendas europeas, como "corros de brujas" o "anillos de hadas". Se ha estimado que algunos de ellos pueden tener de 250 a 400 años de antigüedad.
Los hongos que originan setas pertenecen al orden Agaricales (hongos con láminas) como el champiñón, el nízcalo o guíscano, la seta de cardo y el pedo de lobo ( comestibles) así como la venenosa Amanita phalloides.
El siguiente vídeo nos ilustra perfectamente lo arriba explicado, además de las características diferenciadoras del reino de los hongos:
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