Christopher es un chico con síndrome de Asperger que vive con su padre
en Swindon. Una noche descubre el cadáver de Wellington, el caniche de
su vecina, atravesado por dos horquillas de jardín. La señora Shears,
dueña del perro, llama a la policía, que comienza a interrogar al chico.
Christopher empieza a sentirse agitado por tantas preguntas, y uno de
los oficiales intenta agarrarle de un brazo, lo que provoca que el chico
le golpee y se lo llevan a comisaria hasta que su padre lo recoge.
Christopher decide entonces investigar el caso para limpiar su nombre.
Sin embargo, su investigación se ve gravemente limitada por sus temores y
dificultades a la hora de interpretar el mundo que le rodea. Durante su
investigación, Christopher se verá forzado a entrar en contacto con
gente con quien nunca se ha relacionado, a pesar de que viven en su
misma calle.
Este libro pertenece al listado de Novelas en Silencio sobre los transtornos del espectro autista (TEA), el cual figura en el blog: Érase una vez... de Begoña Tauler.
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